Me he dejado arrastrar por el instinto
desmenuzando cada palabra esperando sorpresa,
rasgando los estímulos.
Siempre con prisas
tejiendo un futuro con expectativas no mías.
Tengo miedo a la pérdida,
no al abandono de esas almas corrompidas por mi odio,
sino al mío propio.
Al desapego emocional
y al apego más.
Creo que no tengo remedio
y creo que me encanta.
Me debato entre la ida
y la picardía,
echarle un poco más de cara
y hacer crecer mi rebeldía.
Estamparnos contra la pared
y contarte que aquí duermen mis demonios;
espero que corras
y, en su lugar, te autopresentas.
Creo que eres Sancho y yo Don Quijote,
que te he pegado la locura
al creer que te daría algo que no tengo.
No tengo remedio, como ya te he dicho.
Sí tengo las medias rotas
y sí tengo los labios rojos.
Hablas con una muñeca rota
y te respondo
que no busques algo que no existe,
que tenemos muchos corazones partíos
y ya no caben en mi caja de recuerdos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario