Voy a escribirte en los párpados mi nombre
para que, cuando estés lejos,
aún te acuerdes de mí
y sepas que siempre tendrás un lugar al que regresar.
Que sepas que dónde yo esté,
será también tu hogar.
Tengo un plan malvado
en el que quiero llevar a cabo
que tu felicidad se multiplique por cien
y tus ganas de vivir nunca decaigan.
Tengo un plan malvado
para hacerte sonreír al recordarme, arrancarte las lágrimas y quedármelas yo.
Prefiero inundar mil bares a que se humedezcan tus pestañas.
Tu marcha es planeada
y tu adiós muy controlado,
con un abrazo peligroso
y mis manos a la espalda para evitar pedirte que no me dejes separarme de tu lado.
Te veo arrastrar tus maletas,
tus sueños te llevan ventaja,
aunque ya llevas a uno de la mano;
lo estás cumpliendo, chica.
Esto lo has conseguido tú sola,
con tu esfuerzo y sudor,
con tu ambición y garras.
No llores cuando vayas
llora cuando vuelvas
que allí eres tú,
aunque aquí seamos contigo.
Aquí te esperamos
con rosas en los brazos
y mil momentos por vivir
queriendo saber
qué mujer es la que cruzará esas puertas.
Aquí te esperamos a ti,
a tu alegría
y a que vuelvas a pintar de azul los cielos que dejarás nublados con tu ida.
Aquí te esperamos,
valiente,
atrevida
y con el corazón lleno de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario