No te he buscado entre la gente
y, sin embargo, te he encontrado
en los hoyuelos de una chica que le sonríe al mar,
en las miradas perdidas que me devuelve el espejo
y en una brújula que no encuentra su norte.
No sé si te has presentado en la puerta de mi casa
o es que tu recuerdo ya vive bajo mi cama
temeroso de salir antes de tiempo
y sea capaz de hacerle frente,
le venza en la batalla
y moribundo se atreva a decirme
que nos veremos en mis sueños.
De ahí mis ojeras,
en ellas te acuno
por miedo a quedarme oscuras
y me roces la columna con los labios.
Te reto a desaparecer y poder descansar
pero siempre dejas la puerta entreabierta
alegando ser éste tu hogar,
que mis costillas te han dejado ocupar
la esquina más próxima a casa
y que quieres regresar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario