martes, 29 de agosto de 2017

Mientras existas.

Ahora que el dolor ha decidido salir de copas esta noche, he podido hacerle un hueco a la nostalgia y lo único que me susurra es tu nombre enmascarado en pequeños detalles relacionados con aquellos días dónde el calor era el único observador de nuestras danzas.
Me susurra que te escriba, que te cuente a qué saben mis noches en vela y si en algún momento te he echado de menos.
La última respuesta es 'no' pero seguro que sí estuvieras delante me dirías que mentir es de lo poco que no se me da bien.

Anoche hablé con las estrellas para preguntarles por tu vida y por si habían desarrollado dotes de adivinación para que me digan si tú y yo nos volveremos a reencontrar en algún momento y si duraría hasta que me despiediera de mi hogar. Ellas me respondieron que el destino es sabio pero no consecuente con lo que todos quieren porque a veces no es lo que merecemos y siempre va a intentar llevarnos a donde pertenecemos. Me contaron que tú sigues bien, pensando alguna que otra vez en esa chica rubia que abandonaste en la arena de la playa.

Ahora, cada vez que veo el mar, me acuerdo de tu risa y todo se vuelve más fresco.

Aquí quiero dejar claro que todo lo que diga no tendrá validez delante de ningún tribunal y que todo lo que ocurra esta noche será siempre recordado mientras tú existas. Porque siempre que exista la mínima posibilidad de que estés vivo, te seguiré buscando entre la gente que me cruce, en las manos ásperas que me toquen y en los ojos que se atrevan a descubrir qué es lo que hay detrás de mi "hace tiempo que dejé de amar" porque yo siempre amo, solo que no lo saben, pero tú sí lo sabías.

Siempre que existas habrá un motivo por el que volver a abrir tu herida y transformar lo sentido en algo memorable, en algo eterno.
Yo sólo tengo fé en lo que siento y sólo le transmito mis penas al papel, así que esto hoy es por ti, para que siempre existas en otro lugar que no sea únicamente en el lado izquierdo de mi pecho porque ahí nadie te ve y tú eres digno de admirar.

Me tengo que marchar, estoy escuchando las llaves del dolor queriendo entrar en casa y tengo que mantenerme fuerte.
Te echaré de menos.

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