La estrella de los tejados,
la luna de los cielos
y el "qué" de mi "por qué".
Mi mitad, o como quieras llamarlo.
Me limitaba a decir
que te necesitaba
que sin ti,
los lazos que me mantenían
de una sola pieza,
perderían la fuerza con la que estaban anudados,
haciéndome despertar
en un lugar extraño,
desconocido,
diferente al calor de tus brazos.
Cómo acostumbrarme
a no dormir con tu boca en mi cuello
o tus manos en mi cintura.
Cómo diablos podría estar sin ti.
Puedo parecer una loca,
desquiciada por saber qué pasará
pero, créeme, que lo hago
porque no soportaría el perderte.
Y es inutil creer que puedo averiguar el futuro,
pero, es que no lo quiero, si tú no estás en él.
Deja que todo siga su curso, disfruta del hoy, ya llegará el mañana. Mientras tanto, bésame.
Recuerdo que eso era de las mejores cosas que escuchaba salir de tus labios.
Me relajaba de alguna manera
porque, aunque no lo decías,
tampoco querías que me alejara de ti
Porque sabías que nadie te iba a querer ni la cuarta parte de lo que lo hacía yo.
Eras de esos que vivían el ahora,
que disfrutaba de todo,
que sonreía y si le faltaban motivos,
la luna de los cielos
y el "qué" de mi "por qué".
Mi mitad, o como quieras llamarlo.
Me limitaba a decir
que te necesitaba
que sin ti,
los lazos que me mantenían
de una sola pieza,
perderían la fuerza con la que estaban anudados,
haciéndome despertar
en un lugar extraño,
desconocido,
diferente al calor de tus brazos.
Cómo acostumbrarme
a no dormir con tu boca en mi cuello
o tus manos en mi cintura.
Cómo diablos podría estar sin ti.
Puedo parecer una loca,
desquiciada por saber qué pasará
pero, créeme, que lo hago
porque no soportaría el perderte.
Y es inutil creer que puedo averiguar el futuro,
pero, es que no lo quiero, si tú no estás en él.
Deja que todo siga su curso, disfruta del hoy, ya llegará el mañana. Mientras tanto, bésame.
Recuerdo que eso era de las mejores cosas que escuchaba salir de tus labios.
Me relajaba de alguna manera
porque, aunque no lo decías,
tampoco querías que me alejara de ti
Porque sabías que nadie te iba a querer ni la cuarta parte de lo que lo hacía yo.
Eras de esos que vivían el ahora,
que disfrutaba de todo,
que sonreía y si le faltaban motivos,
lo hacía el doble de fuerte.
Aunque siempre me decías que,
mientras yo estuviera a tu lado,
esa sería tu sonrisa verdadera
Aunque siempre me decías que,
mientras yo estuviera a tu lado,
esa sería tu sonrisa verdadera
porque era yo, y no otra, la razón de tu
felicidad.