martes, 22 de noviembre de 2016

Golpe de estado.

Me he abierto en canal
con el objetivo de que alguien se acurruque bajo mis costillas
consiguiendo que las partan porque no encajaban,
sólo estaban deseosos de arrancar un pedazo
y colgarlo con el resto de sus trofeos.

¿En qué momento nos hemos hundido tanto?

Alcancé la cima hace unos meses
pero las ansías de victoria
les llevó a jugar sucio a quien alardeaba de lealtad,
a quien usaba más el yo nunca que el yo quiero,
¿les tengo que culpar a ellos de mi ceguera?
¿les culpo a ellos de mi atrevimiento
o me culpo a mí por obviar las señales,
por no querer ser ya igual,
por pretender sentir en este mundo de cuerpos sin latidos verdaderos?

Me cercioré de la similitud que existe entre las personas,
que lo que buscan y lo que ansían es diferente,
pero les asusta el arriesgar
y afirmar que dentro de ellos hay algo que bombea,
que esconden un alma peligrosa
capaz de revolucionar un país,
de cambiar las cosas
y prenderle fuego a los cimientos de esta cárcel.

Pero seguimos con la venda en los ojos
y un candado en nuestra puerta.

Nadie va a entrar,
ni yo salir,
me he declarado en estado de aislamiento.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Quien te cuide.

Aprenderé a dibujar la luna
contando sus cicatrices
para que se asemeje lo máximo posible
y poder plasmarla en lo más alto
cuando no veas la hora de ir a soñar,
cuando el día se parezca a eterno
y mi ausencia irremediable.

Busco quien te cuide,
el anuncio ya se encuentra en las páginas amarillas.
Yo no puedo hacerme cargo de tu tristeza,
no tengo tanto espacio en mi alma
y mi madre dice que no permitirá
que ésta se torne gris
con lo que me ha costado pintarle rasgos rosas.

La persona necesitada
solo debe tener un gran corazón 
y que no le importe regalar un trocito
a ese espacio vacío que reina en su pecho
(así puede llegar a amarte);
el suyo se lo dio a un ser no merecedor de tal tesoro, 
sus fauces le cegaron
y sus manos le hicieron perderse,
ahora nadie lo encuentra
 y yo necesito saber que tú lo conseguirás.

Diles,
cuando yo no esté,
que te gusta que te besen los nudillos
y te escriban en la espalda
los versos de Benedetti,
te tarareen canciones de Andres Suárez
y te tallen en las palmas
mapas de ciudades perdidas.

Háblale de mí a esa persona,
cuéntale la historia de mi nombre
y la poesía que en mi pecho escondo,
las mariposas que con mis pestañas creo
y lo muy profundo que te he amado.

Háblale de mí a quien ahora ocupará tu vida,
dile que yo fui una bala perdida
y he encontrado un cuerpo donde permitirme dormir.