viernes, 18 de julio de 2014

Sentir de nuevo.

Está sonando como música de fondo, la misma canción que escuché de tus auriculares la primera vez que te abracé y la letra se repite en mi cabeza como la última nota de un suicida.
heart's still beating but it's not working
it's like a million dolar phone
that you just can't ring
I reach out trying to love but I  feel nothing
yeah, my heart is numb.

Esa melodía me lleva de vuelta a ese momento, en el que tus brazos me sostenían cuando pensaba que me caería en esa espiral de oscuridad que se abría bajo mis pies, a la que tantas veces había discutido conmigo misma si debía dejarme llevar por los demonios que aclamaban por mi unión a ellos, o solo esperar un poco más. 
Eras tú el que me ayudaba a decidir, y siempre me terminaba quedando, aunque sintiera que ya no pertenecía a este mundo, te pertenecía a ti y supongo que eso me bastaba.

But with you I feel again
yeah, with you I can feel again, yeah
I'm feeling better since you know me
I was a lonely soul but that's the old me

Tus ojos, que con solo verlos, me cercioraba aún más de que me mantenían viva, que cada vez que se cruzaban con los míos, una conexión aparecía para transmitirme un poco de esa luz que siempre llevabas contigo. 
Sí, tengo que admitir que me enseñaste a amar como jamás lo había hecho antes, a confiar tanto en una persona que dejaba que sostuviera mi mundo en sus manos, porque a mí me pesaba demasiado. Jamás creí que lo dejarías caer, que serías capaz de ver como se hacía añicos -como me hacía añicos- y no movieras ni un músculo para arreglarlo; tú que con un solo toque me hacías respirar cuando pensaba que me estaba ahogando en este mar de gente agobiante, en este trozo de inmensidad que lo único que da es miedo.
Cómo iba a imaginar que quien tanto me protegía, era quien antes se iba a marchar de aquí.
A long time coming since
I've seen your face
I would never went back
trying to remplace everything I broke 
till my feet went numb.
Praying like a fool that just shot a gun.

Y al final de la canción, cuando el último solo de guitarra se apaga y lo único que queda son las luces que alumbran a un escenario desierto, me doy cuenta de que has podido significar mi primer amor, pero a la vez, la primera vez que, no solo me rompen el corazón, sino que también me rompen en pedazos tan pequeños, que ni el mejor escultor del mundo podría unirlos para hacer de ellos algo bonito, bello, digno de volver a querer.
Cuando todo el mundo se ha ido de la sala y un foco alumbra el centro, apareces en escena, como un fantasma, con un camisa y el alma de la mano, porque tiene tan pocas fuerzas como yo para seguir luchando. Esa luz que antes tanto compartías conmigo, ahora te esquiva porque eres solo caos.
Ambos somos un caos irreparable.
-Antes de irme de aquí, solo quería que supieras, que tú también me enseñaste a abrir mi corazón y que, nadie será capaz de ocupar un lugar en él, más grande del que ocupas tú. 
Desapareces del local y de repente me entra miedo de pensar que al decir que te ibas de aquí no te refirieras al establecimiento, sino que te ibas del todo, porque no podría cargar más muertes sobre mi espalda, ya tengo suficiente con la mía.

Heart's still beating but not working
It's like a hundred thousand voices that just can't sing
I reach out trying to love but I feel nothing

oh, my heart is numb.

miércoles, 16 de julio de 2014

No somos como esos cuentos de hadas.

Cascadas repletas de sueños perdidos
que una vez dejamos pasar,
con el fin de adaptarnos o
simplemente aceptarnos,
para complacernos,
mintiéndonos sobre lo que queríamos
o incluso, lo que en un futuro queríamos ser.
¿No es ridículo?
No podíamos pasar ni un minuto
lejos del otro
y desperdiciamos
todo lo bueno
y
todo lo malo
que la vida se atrevió a darnos,
alegando que nuestros te quiero
tenían más fuerza 
que cualquier otro final feliz
porque aunque lo nuestro
no fuera un
vivieron felices y comieron perdices 
de esos de los que todos hablan,
valía la pena este cuento inacabado
con tal de verte despertar cada amanecer
al otro lado de la cama,
regalándome el enorme placer de poder disfrutar 
de cada centímetro de ti.
Que los atardeceres eran más bonitos
si te tenía a mi lado
acariciándome el pelo.
Y la luna, se veía más llena desde tu pecho.
Así que, corramos de esas miradas acusadoras
que nos intentan ahogar en su océano de prejuicios
y déjame volver a la seguridad
que tus brazos me ofrecen,
porque, joder,
si te tengo a ti
ya me pueden regalar el mundo
que yo ya tengo el mío;
ese gran pequeño mundo junto a ti.








con la colaboración de mi Mandus.

domingo, 13 de julio de 2014

Por fin esto se está convirtiendo en una historia de olvido.

El cielo nos cubre como si de una manta negra se tratara y se ven tan bien las estrellas desde donde estamos que me da miedo respirar demasiado fuerte por si desaparecieran.
Cada noche que se nos ocurre dar una vuelta por los alrededores de este pueblo sin vida, terminando en nuestro lugar, donde la lluvia se acumula cuando las nubes nos regalan unos días nublados entre tanto sol cegador.
Nos sentamos en el borde del puente, dejando nuestras piernas colgando sobre el vacío, acariciando la muerte con la suela de nuestros zapatos, permanecemos en silencio hasta que me enciendo un cigarro y ella suelta un suspiro de desesperación.
-¿Por qué fumas? no lo entiendo, lo único que puedes conseguir sea que te mate ese estúpido nuevo vicio tuyo.- Mueve la cabeza en señal de no comprender y se me escapa una leve sonrisa antes de expulsar el humo, que parece como si un trozo de mi alma se me escapase por mis labios.
-Quizás sea por eso- me mira con los ojos como platos y con cara de no lo dices en serio.- es decir, de algo hay que morir, ¿no?
-Realmente prefiero que mueras de vieja a que tengas los pulmones más negros que este cielo.- dice señalando arriba.
-La verdad es que me da igual todo ya.- Aspiro con fuerza del cigarro hasta que llego a las letras y lo apago contra el suelo antes de que me vuelva a reprimir.
-¿Por qué te da igual todo ahora? ¿Qué es lo que ha cambiado?
No sé por dónde empezar a explicarle. No sé si decirle que me he dado cuenta de que no sé que hago aquí, que quiero desaparecer y empezar a formar parte del cielo junto a esas deslumbrantes estrellas pero que a la vez me da miedo no brillar lo mismo que ellas. Y como no sé cómo abordar ese tema, le hablo de la causa de el.
-Estoy empezando a no echarle de menos tanto como antes.- Digo y siento como si algo me asfixiase desde dentro.
-¿Y eso es malo? ¡eso es genial! es decir, eso significa que tus sentimientos hacia él están disminuyendo y no tienes esa dependencia de él como antes. Lo estás olvidando y me alegro mucho.- Suspira aliviada y mueve sus piernecitas como cuando éramos pequeñas lo hacíamos al sentarnos en el bordillo de la piscina para salpicar a los demás.
-No lo entiendes. Creo que sí es malo.
-¿Por qué? Explícate.
-Es que... siento que si le olvido no voy a saber cómo seguir ¿sabes? me he acostumbrado tanto a este amor inalcanzable hacia él, a vivir de su recuerdo que me da miedo que, por ejemplo, al pasar por alguno de nuestros lugares, no acordarme de cómo su sonrisa me hacía pensar que ya podía acabarse el mundo ahora mismo porque si moría con esa vista, lo haría feliz.- Lanzo un suspiro y ella me mira con lástima, como si no tuviera arreglo.- Soy tonta por no querer deshacerme de algo que me hace tanto daño, es como si quisiera hacerme sufrir para sentirme viva.
-No eres tonta, créeme, lo que pasa es que ahora tienes el corazón tan cerrado que solo te permites sentir algo por él y no quieres abrirlo para nadie más que pueda llegar a tu vida. Tienes pánico a que te hagan pasar por lo mismo que te ha hecho pasar él.
-Creo que no podría soportarlo...-me enciendo otro cigarro y, esta vez, ella también fuma.
-Es inevitable que te olvides de él, todo termina sanando porque nada es para siempre, ni siquiera el dolor que aún sientes ¿de acuerdo?-me coge la cara entre sus manos para asegurarse de que la miro y la estoy escuchando.- Y nadie te va a obligar a volver a enamorarte, nadie te va a decir que tienes que querer a alguien de nuevo, eso te va a ocurrir a su debido tiempo, así que deja que los días pasen y pronto esos pedazos rotos que ahora son tu corazón- me toca dónde se supone que está mi corazón- cambiarán de dueño. 
La abrazó con fuerza para darle las gracias por entenderme y no juzgarme por mi locura y mi amor tan insano por él, por seguir a mi lado aún estando tan sumamente rota que pueda dañarla incluso a ella, la persona mas positiva que jamás he conocido.
-Anda, vayámonos que llegaré tarde a casa.- se levanta pero yo sigo sentada.
-Adelántate tu, quiero estar un rato sola.- le digo mirando a la infinidad de bosque que hay delante mía y escuchando el rugir del río que pasa por debajo de mí.
Ella asiente y sonríe, dándome un beso en la cabeza. Ha aprendido con el paso del tiempo que a veces necesito mis momentos de soledad para recomponerme.
Siento como la suave brisa hace bailar mi pelo en esta oscuridad y cierro los ojos intentando imaginar cómo podría ser un mundo en el que yo no estuviera tan perdida en las cicatrices de sus caricias.
Me doy por vencida y me levanto de ese puente bañado por las lágrimas que tantas veces cayeron durante estos años.
Al empezar a caminar para casa, me choco con algo un poco duro y me reprendo a mí misma por andar sin darme cuenta ni por donde piso.
Levanto la cabeza y lo primero que veo son unos ojos de un color tan chocolate que mi madre los exprimiría para hacer su amado bizcocho.
-Hola.- pronuncia el chico con una voz que me hace quedarme con la boca abierta de tan profunda que es y me doy cuenta de que el peso que había en mis hombros por los meses cargando con su falta, desaparecen al escuchar el sonido de su voz, abriendo las puertas de este destrozado corazón.