domingo, 15 de febrero de 2015

'¿quién será el primero en decir 'adiós'?'

''La sincronía de nuestros pasos es la misma que cuando echábamos a andar por mitad de ninguna parte, sin ni siquiera sentir la necesidad de hablar porque nuestros silencios eran cómodos, parecía que al callarnos y que solo se escuchase la brisa nocturna, un brazo invisible nos acogía en su regazo para acunarnos hasta que se nos pasase el frío de la madrugada y pudiéramos volver a nuestras vidas grises pero pintadas de rosa para disimular y hacer creer a los demás que nunca podrán llegar a ser como nosotros, cuando daríamos todo lo que creen que tenemos por una pizca de la felicidad que ellos conservan y que parece que nunca se les acaba, oye.
Seguiremos despidiéndonos con un beso al irnos a trabajar y nos cogeremos de la mano cuando vayamos a comprar, saldremos a cenar los sábados y algún que otro viernes iremos al cine, pero solo para disimular ya que dentro de esas paredes a las que llamamos hogar, el silencio es sepulcral y hace meses que tu lado de la cama está frío y tengo que hacer dos camas en vez de una. Ya no hay sonrisas tímidas, ni bromas que acaban en guerras y esas guerras en ropa desperdigada por el suelo y las sábanas sobre nosotros. Ahora hay reservas en habitaciones de hotel y viajes largos por trabajo para buscar en otras pieles lo que la nuestra pide a gritos y no encontramos en casa.
Todo está frío, las botellas de vino se acaban por separado y no con nosotros viendo una película tapados hasta el cuello por las mantas y que, por debajo de éstas, me acaricies el muslo para lograr dormirme y poder llevarme en brazos hasta la cama porque, según me dijiste una vez, te recordaba a cómo entramos en casa una vez que nos dimos el 'sí quiero'.
Éramos felices, éramos los más felices, ¿qué nos pasó? ¿en qué momento cambiamos las carcajadas que nos dejaban sin aire a los gritos ahogados? ¿cuándo se acabó nuestro amor? Quizás nos centramos demasiado en nuestros trabajos, aunque esa es siempre la típica excusa; a nosotros nos pasó otra cosa porque antes siempre encontrábamos un hueco, por pequeño que fuera, para llamar al otro solo por escuchar su voz o pronunciar un delicado 'te quiero' y poder sentir su sonrisa incluso a través del teléfono. Lo que nos pasó a nosotros fue que empezamos a andar juntos sin haber aprendido a gatear antes, y cuando llegamos a la empinada cuesta nos olvidamos de poner el freno, estampándonos con lo que ahora es nuestro día a día, una dolorosa e indiferente rutina que nos está consumiendo y que logrará destruirnos poco a poco si no le ponemos fin; ambos sabemos que uno de los dos tiene que ponerle el punto final a esto, porque la gente ya no se cree que las ojeras sean por las horas extras en el trabajo o las horas extras empleadas en nosotros, por eso he decidido escribirte esto diciéndote que me voy, que tienes el papeleo de la separación en este mismo sobre y que eres libre al igual que yo también lo soy al fin. No quiero que te tomes esto como que nuestro tiempo juntos ha supuesto para mí un infierno porque no es así, todo lo contrario, encontré en ti a mi compañero de viaje y de vida pero, como bien siempre ha dicho mi madre, hay gente que entra en tu vida para quedarse, otra que parece que lo va a hacer pero, en cambio, se va cuando menos te lo esperas y otras personas que sabes que están de paso, pero tú siempre, siempre, tienes que seguir hacia delante, dejando la puerta abierta a quien quiera pasar que la puerta de atrás también permanece abierta para los que se marchen; y tú, bueno, ambos nos lanzamos fuera de la vida del otro, así que la culpa no es tuya, ni es mía, es de los dos. Sé todo lo feliz que no has podido ser conmigo, yo intentaré serlo también.
Hasta luego.
-R.''