miércoles, 29 de octubre de 2014

Diminuta.

     Agarrarme al abismo de tu boca
          para llegar de puntillas a tu clavícula,
donde podría dormir durante años
con tan solo oler el perfume
procedente de tu cuello.
Qué delito sería no bajar las escaleras de tu abdomen
e intentar colgarme de tu pecho,
en el que tus brazos me acunarían
hasta que dejarse de temblar
por el frío de la madrugada.
Quién no pisaría tus huellas,
quién no seguiría el incesante bamboleo de tu cuerpo
con tal de llegar a escuchar
esa risa que solo ella te sabe sacar;
y mientras tanto, yo, os observo desde abajo,
diminuta,
insignificante,
sin valor,
pero llena del amor
que has hecho crecer en mí cada vez
que me permitía perderme
en el azul de tus ojos,
ese mar en calma
que revoluciona a cualquier chica;
y tonta de mí, 
que me quedé viviendo en ellos.

sábado, 25 de octubre de 2014

Tú eres para siempre.

Más de una vez he querido contar nuestra historia, escribirla o recitarla como el mejor poema de amor; siempre he querido poder transmitir a cualquier persona lo que sentía por ti.
Aquello que me hacía volar aunque tú no levantases los pies del suelo.
No voy a negar que hay días en los que me pregunto cómo estarás, en si has llegado a ser feliz y en si, por casualidad, sigues pensando en mí porque yo lo hago, lo hago más de lo que debería.
Me gustaría saber si has logrado conseguir a esa mujer que sea tu sol en vuestros amaneceres, como tú lo eras para mí.
No sé cuántas veces he empezado una carta en la que tú eras el destinatario diciéndote todo lo bueno y todo lo malo que has traído a mi vida, que mi espalda era el mejor lienzo para el arte que creabas con tus caricias, que cada una de mis lágrimas son por ti, y el dolor del pecho no es por el tabaco, es porque tu recuerdo aún tiene su reservado en la mayor sala de mi corazón.
¿Sabes que dicen que el amor no existe? Que es todo una invención, un nombre que darle a los estúpidos revoloteos de las mariposas. Me mantengo firme en esa declaración salvo cuando te veo, joder, cuando te veo las mariposas se convierten en abejas asesinas que me destrozan el interior hasta que admito que existe el amor, porque tú eres amor.
Tú eres mi definición de amor.
Puede sonar demasiado cursi, pero no voy a hacerme la dura cuando es de ti de quien escribo porque nunca lo he sido, y no voy a empezar a serlo ahora, después de un año bajo la putada de quererte.
Porque te quiero, nunca he querido a nadie más y será difícil que quiera a nadie como a ti; y lo siento por haberme enamorado, lo siento por quererte más de lo que debía, lo siento por convertir mis sentimientos en el ancla que me mantiene en pie.
Las despedidas son dolorosas, pero créeme, aún peor fue cuando nos dijimos adiós sin pronunciar palabra, cuando todo terminó y te fuiste dejándome sola con mis inútiles ganas de dejarme morir, de encerrarme y ser tú el único que pudiera rescatarme, el único capaz de echar a un lado la barrera que he construido a mi alrededor para evitar más dolor o para intentar poner algo que me prohíba salir corriendo hacia ti para decirte que me quedo contigo, que mi vida eras, eres y serás siempre tú.
Y cuesta cumplir un siempre pero, tú eres para siempre.

viernes, 3 de octubre de 2014

un tejado que no va acorde con la casa que somos.

me cansé de las despedidas,
de los golpes por la espalda
y las verdades a medias que circulan por las cloacas de la ciudad
porque son ratas quien las dicen.
Rumores que nos matan
conforme los días pasan
y fíjate qué irónico
que quien los inventan
viven tan felices
sin importarles que han construido con esas habladurías
un tejado que no iba acorde
con la casa que somos.
Nos ahogamos
en nuestro propio mar de mentiras
intentando salir a flote
pidiendo disculpas sin fundamento
para quitarnos algo del peso
que llevamos a la espalda.
Tonterías,
meras ilusiones.
¿Quién nos va a perdonar
el haber hecho tanto daño a una persona
que hasta dejó de confiar?
Porque os diré una cosa
ya podéis rezar todo lo que sepáis
porque si incluso Dios se atreve a perdonaros
el haber hecho eso
sí que vivimos en un mundo de corruptos.

'era lo único que nos mantenía cuerdos'

Caos,
joder,
éramos un puto caos.
Locura pura.
Que dolíamos más que el alcohol en vena,
pero, tío,
eso era lo único
que nos mantenía cuerdos.

Que nos amábamos como locos,
y qué bonita forma era esa.
Qué bien sentaban los besos
con un toque de rabia.
Y ni te digo
cómo te brillaban los ojos
después de un buen polvo desenfrenado.

Pura adicción, chaval.
Ni la cocaína
podía compararse con tus ojos;
esos mismos que me atraparon 
en esta jaula
que me mantendrá siempre cautiva.